Mostrando entradas con la etiqueta Madurez. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Madurez. Mostrar todas las entradas

lunes, 18 de abril de 2016

La naranja mecánica

Anthony Burgess
Bien. Comencemos por donde todo debe hacerlo:
Conocí el libro gracias a la película, vamos, no la he visto pero es cultura popular, dicen que sería pecado no conocer esas cosas.
Alguna vez inteté verla y justo en los primeros 10 minutos alguien me dijo que había libro y bueno, ya no la ví.

Así que hace poco lo compré.

Primero; creo que el lenguaje, el maldito lenguaje me mató. Me ayudó a recordar casi de memoria los pedazos de trama en que estaba yo leyendo; pero de verdad me sacó de quicio y me llevó al borde de querer tirarlo por la ventana y nunca jamás volver a tocarlo. Quise tirarlo, aventarlo, quemarlo, rayarlo, etc. Al final, y como bien saben, (de no saberlo, lo descubrirán ahora) dejé que mi mente decidiera en ese momento qué palabra sería en un español-inglés COMPRENSIBLE lo que significaba cada palabra: como dijeron por allí yo iba moldeando el libro a mi conveniencia y considero que con todo y eso me fue bastante bien. Entiendo que el autor quisiera darle esta visión futurista y de mutación del lenguaje pero no era necesario: se leía como si fuera el equivalente a un inglés "chaca".

Ok, en segundo, la historia:
Me parece... peculiar (bastante bastante exagerada, por cierto), pero entiendo por qué Anthony no considera que sea su mejor obra: si bien retrata mucha decadencia del sistema social que podría llegar a ser algún día el nuestro, la educación de nuestros hijos (reales e hipotéticos) y la forma en que dejaremos que cada persona interactúe con el mundo, pero sobre todo, considero que habla de madurar y dejar que nuestro entorno nos vaya diciendo poco a poco quién queremos ser, sin que eso defina quienes somos. Que el hecho de "poder" no significa "deber" , que las herramientas están literalmente en nuestras manos, pero sobre todo (¿?) que hay una diferencia muy grande entre ser poderoso y ser un líder. Que a veces eliges mal, pero eso NUNCA significará que eres víctima de tu vida, sino más bien, que tu vida es lamentablemente víctima de ti. ¡Hazte responsable de tus decisiones, carajo!

Leyendo las primeras páginas, me encuentro con que la 
edición que tengo tengo, contiene además un 
capítulo que no fue incluído en las primeras ediciones: el temido capítulo 31. o 7/3.
Entiendo por qué.
Tal como lo imaginé, reduce la historia a que un día Alex envidia la forma de vida de un -antes- amigo. Y entonces sienta cabeza y deja de hacer pendejadas.
Terrible final.
Le quita TODA la escencia y personalidad a Alex, insisto, lo reducen a un: "Oh, solo era un niño"
¿ES EN SERIO?

Mñeh.
No sentí conexión con ningún personaje, no sentí penas, golpes, lástima.
No sentí nada.
Ni siquiera aburrimiento.

Solo, eso sí, mucho tedio.
Descubrí que soy una histérica del lenguaje.
Supongo que gracias por eso.

Anthony tendrá suerte si encuentro otro libro de él... pero sobre todo, si uno de ellos me agrada.


e insisto:
ALEX, TE LO MERECES POR CABRÓN



¿Lo recomiendo?
No lo sé. Ésta vez no lo sé.

viernes, 11 de marzo de 2016

Las lunas de Júpiter

Alice Munro.

Escritora canadiense, autora de 12 volúmenes de relatos, dos antologías y una novela.

Alguna vez, paseando por Polanco, encontré una vez más la librería maravillosa de la que tanto les he contado, y entré a ver qué de nuevo había. Como saben, me dejo llevar por las portadas pero esta vez no fue solo eso: había antes hecho una búsqueda sobre autoras del continente americano, que hablaran del feminismo de formas poco convencionales y apareció Munro; así que simplemente comencé a revisar en las novedades si había algo de ella. Así es como caminé casi directamente de la puerta a este libro.



El texto contiene pequeños relatos sobre historias de mujeres que de una u otra forma, se ven atadas a una visión del mundo considerablemente limitada, y que incluso podrían parecernos tan tristes que es extraño, sin embargo creo que también habla de la fortaleza de estas mujeres que se esconde en pequeñas acciones casi imperceptibles, pero que marcan la diferencia y se incorporan a un habitus. Me enseñaron a ver las cosas dentro de mí que tenía miedo de notar, esas situaciones en las que de pronto el devenir te coloca y te enseñan que a veces callar es la mejor forma de rebelión, que una mirada, una sonrisa, una caricia pueden cambiar completamente el contexto de una persona dentro de cualquier situación.

Se tiene últimamente como “fuerza femenina” este poder de poder hacer lo que a la mujer le venga en gana y tener las mismas responsabilidades, derechos, obligaciones que constitucionalmente nos pertenecen en equidad a los hombres, sin darnos cuenta que la fuerza de la mujer radica desde el inicio en ser una persona, y un ser viviente. Que tenemos que luchar antes de “con un sistema machista/opresor” con nosotras mismas, que somos el producto de toda esa formación educativa, moral, ética, ambiental que corresponde a nuestra época. No nos hemos dado cuenta que la fuerza de un género no existe: es fuerza.

Me recordó mucho incluso discusiones que invariablemente he tenido con mi madre, y también me hace reflexionar respecto a lo que quiero hacer con mi educación, con mi vida, con mis pensamientos, con eso que dentro de la incertidumbre llamamos “futuro”.
Y que mi “condición” como mujer no sea un impedimento para llevar más adelante lo que quiero.

Munro me enseña a creer en mí.

Aunque el libro puede parecer lento, en realidad considero que es porque intenta introducirse de una manera paulatina en un tema tan difícil como la historia de mujeres frente a un huracán. Si bien es cierto que la redacción no es algo que me haya encantado; sí es algo que disfruté mucho, cuando encontré la magia del libro.

Lo recomiendo a:
Lectores. A no lectores. Feministas. A no feministas. Madres. Hijas. Padres. Hijos. Esposos. Novios. Esposas. Novias. Estudiantes. A gente que se hace preguntas sobre su papel en la vida propia. A quien considere que es demasiado débil para esta vida. A quien quiera tener un mejor panorama de su situación. A quien no quiera nada. A quien no quiere a nadie.

miércoles, 6 de enero de 2016

Eleanor and Park

Rainbow Rowell

¿Recuerdan el círculo de lectura? Bueno, éste libro es también uno de los mejores recuerdos que tengo de esta maravillosa época en mi vida. Una de las chicas más emocionante que conocí en éste círculo. Entonces un día me prestó el libro (que aún tengo en el estante y espero un día poder devolver). Técnicamente lo terminé en dos días netos. Y  me causó grandes emociones.

Es casi demasiado difícil contar qué pasó con éste libro: Creo que he aprendido que a veces olvidamos lo afortunados que somos; que a veces estar en la familia, lugar y situación que estamos es solo suerte, que hay más personas afuera, que el mundo no se trata solo de ti o de mi: que el amor se construye en pequeños actos, y que pueden ir de cualquier lado a cualquier lugar. En cada página me siento súper conectada a Eleanor. ¿Por qué a veces las cosas tienen que ser tan difíciles? Simplemente hay ocasiones en que intentarlo se vuelve mejor que cualquier cosa por una simple razón: Se vuelve real, se hace parte de nosotros y se queda, para formar parte de lo que somos.

Entonces: El libro trata de dos chicos raros que tienen vidas tan independientes y en extremos distintos que cuando se confrontan acabas abatido, es la historia del primer amor que  tiene una madurez casi adulta; sin embargo no pierde esa sensación de amor juvenil que todos queremos tener para siempre, y acurrrucarlo en nuestro pecho cada noche.

"Eleanor no es bonita. Eleanor es como el arte y el arte no tiene que ser bonito; tiene que hacerte sentir algo"

Es pelirroja, de una familia grande viviendo en un lugar muy pequeño con ciertas dificultades personales, de algunas formas discriminada y bulleada, pero eso  no es lo que le afecta. Y Él es asiático; siendo presionado a ser el estereotipo. Entonces convergen por una extraña situación y todo dentro de un bus escolar.

La narrativa es deliciosa; se siente en cada poro las sensaciónes y las emociones que Eleanor y Park van sintiendo, cómo despierta su personalidad en cada uno y las situaciones; éste formato de naracción lineal y simultánea por partes iguales te dejan en la mente la necesidad de saber siempre la perspectiva del otro.
Simplemente no paré de llorar como fuente con el final.


Sé que de alguna forma solo he hablado de lo que me causó en el corazón, pero es imposible hablar de alguna otra forma. Te hace recordar y preguntarte muchísimo sobre ti, sobre el amor que sientes, sobre la clase de relaciones que siembras y el cómo puedes manejar las cosas que van sucediendo: De qué forma creces, cómo es que enfrentas las cosas en tu vida que no puedes controlar y la manera en que entiendes las cosas maravillosas que puedes provocar y simultáneamente el dolor que puedes causar con decisiones: No buenas ni malas, simplemente decisiones.

¿Recuerdas tu primer amor?

Abrazo de aquí al infinito
De aquí al final del dolor.

Makenai.