miércoles, 18 de mayo de 2016

La naranja mecánica

Anthony Burgess
Bien. Comencemos por donde todo debe hacerlo:
Conocí el libro gracias a la película, vamos, no la he visto pero es cultura popular, dicen que sería pecado no conocer esas cosas.
Alguna vez inteté verla y justo en los primeros 10 minutos alguien me dijo que había libro y bueno, ya no la ví.

Así que hace poco lo compré.

Primero; creo que el lenguaje, el maldito lenguaje me mató. Me ayudó a recordar casi de memoria los pedazos de trama en que estaba yo leyendo; pero de verdad me sacó de quicio y me llevó al borde de querer tirarlo por la ventana y nunca jamás volver a tocarlo. Quise tirarlo, aventarlo, quemarlo, rayarlo, etc. Al final, y como bien saben, (de no saberlo, lo descubrirán ahora) dejé que mi mente decidiera en ese momento qué palabra sería en un español-inglés COMPRENSIBLE lo que significaba cada palabra: como dijeron por allí yo iba moldeando el libro a mi conveniencia y considero que con todo y eso me fue bastante bien. Entiendo que el autor quisiera darle esta visión futurista y de mutación del lenguaje pero no era necesario: se leía como si fuera el equivalente a un inglés "chaca".

Ok, en segundo, la historia:
Me parece... peculiar (bastante bastante exagerada, por cierto), pero entiendo por qué Anthony no considera que sea su mejor obra: si bien retrata mucha decadencia del sistema social que podría llegar a ser algún día el nuestro, la educación de nuestros hijos (reales e hipotéticos) y la forma en que dejaremos que cada persona interactúe con el mundo, pero sobre todo, considero que habla de madurar y dejar que nuestro entorno nos vaya diciendo poco a poco quién queremos ser, sin que eso defina quienes somos. Que el hecho de "poder" no significa "deber" , que las herramientas están literalmente en nuestras manos, pero sobre todo (¿?) que hay una diferencia muy grande entre ser poderoso y ser un líder. Que a veces eliges mal, pero eso NUNCA significará que eres víctima de tu vida, sino más bien, que tu vida es lamentablemente víctima de ti. ¡Hazte responsable de tus decisiones, carajo!

Leyendo las primeras páginas, me encuentro con que la edición que tengo, contiene además un capítulo que no fue incluído en las primeras ediciones: el temido capítulo 31. o 7/3.
Entiendo por qué.
Tal como lo imaginé, reduce la historia a que un día Alex envidia la forma de vida de un -antes- amigo. Y entonces sienta cabeza y deja de hacer pendejadas.
Terrible final.
Le quita TODA la escencia y personalidad a Alex, insisto, lo reducen a un: "Oh, solo era un niño"
¿ES EN SERIO?

Mñeh.
No sentí conexión con ningún personaje, no sentí penas, golpes, lástima.
No sentí nada.
Ni siquiera aburrimiento.

Solo, eso sí, mucho tedio.
Descubrí que soy una histérica del lenguaje.
Supongo que gracias por eso.

Anthony tendrá suerte si encuentro otro libro de él... pero sobre todo, si uno de ellos me agrada.

e insisto:
ALEX, TE LO MERECES POR CABRÓN.


¿Lo recomiendo? Tal vez como cultura general. Pero no como uno de mis favoritos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario