jueves, 13 de agosto de 2015

El chico que encontró la felicidad.

Edward Van de Vendel, Anoush Elman.

La historia con éste libro es incluso romántica. Hace tiempo asisto a un círculo de lectura (Letras Cosmos) y entre todo ello, jamás me había llevado un libro en préstamo hasta unas semanas, casi meses después. Encontré un libro peculiar, de colores llamativos y una portada casi girly. Así que me lo llevé. Mi sorpresa fue que, contrario a lo que yo pensaba, no es en absoluto literatura bestsellerista.

Este texto cuenta la historia de un chico Afgano, llamado Hammayun, y cómo él y su familia resultan acosados por los talibanes, entonces como solución encuentran huir a Europa. Miles de cosas y personas van sucediendo en el camino, mientras son guiados por una ruta sin nombre (y casi aparentemente sin fin) en manos de traficantes de personas. Hasta que se encuentran en un país que parece casi perfecto.
Casi.

Esta padrísima la historia, llegará a tocarte y provocará emociones ultra intensas. Entre tanto, refleja todos los problemas con los que pueden encontrarse familias enteras al tener problemas políticos, lo peligrosas que son las ideas, puedes ver, y casi tocar a todas y cada una de las personas que un día conociste, provoca que te hagas preguntas sobre la cantidad inmensa de posibilidades que cada uno tiene para llevar el control de su vida. Es hermoso cómo las culturas al confrontarse siempre provocan una especie de shock en ambas partes.

Hay algo en especial que me encantó de este libro, y su estructura narrativa, donde todo parece ser el guión de una película. Puedes ver a Hammayun viviendo cada experiencia, probando los distintos aires, las muchas sombras. Sin duda alguna, la redacción te lleva en un sube-y-baja de emociones vertiginosos:
-Nudos en la garganta asegurados
-Lágrimas silenciosas inevitables

Pero como lector, también puedo decir: hay que tener un cuidado soberano con el final. Puede dejar una burbuja de inconformidad en el pecho. Podría pasar que la rabia se apodere de ti, o encontrarte, contagiarte y sonreír con sorpresa por la cantidad incontable de cosas que pueden sucederle a una persona.

¿A quién recomiento éste libro?
A los aventureros que necesiten conocer nuevos lugares, peligrosos, bélicos, injustos y violentos. A los valientes que no temen en viajar días enteros en lugares reducidos y a penas respirando. A los turistas emocionales que quisieran experimentar de maneras iguales tantas emociones que no sepan cómo nombrarlas, Pero sobre todo:

A nosotros, que siempre buscamos a dónde pertenecer.




No hay comentarios:

Publicar un comentario