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martes, 22 de diciembre de 2015

Viernes o los limbos del pacífico

Michael Tournier

Hace mucho tiempo, cuando iba con mi primer psicólogo me regaló este libro, intentando darme una lección sobre algo que ahora ya no recuerdo. Y para no perder la costumbre dentro de este blog, lo real es que me tardé años en leerlo.
Sin embargo cuando por fin lo hice, me encontré con algo maravilloso.

Después de leerlo por completo, me he dado cuenta que tenía razón: El tarot era solo el anuncio de la gran historia que libro contiene.
El texto en todo su esplendor me llevó en un sube y baja de emociones indscriptibles. Desde la desesperación tangible, el aburrimiento insoportable, la incertidumbre, la felicidad.Reitero, que me hace formular muchas preguntas ante el espejoAl inicio solo eran algunas.¿Qué es la esperanza? ¿Qué tan bueno es mantenerla viva? Es la primera prueba la salida ante un viaje sin retorno (¡Tan similar al autoconocimiento!) en busca de llegar a un lugar tan perdido, que no se sabe cuál es.Descubrí cosas súper importantes, como el que la soledad te enfrenta a ti mismo, y simultáneamente te despoja de ti, al no haber un parámetro o regulación moral, ética, social y cultural. Ya ni hablemos el histórico, ya que no hay un enfrentamiento con el otro, comenzar el cuestionamiento sobre conceptos arraigados, que nos enseñan desde niños aunque es una tarea unitaria, siempre tiene su carácter colectivo, por la misma naturaleza del concepto. Descubrí que somos en medida que nos relacionamos con otros, y con el mundo ya que formamos parte de un todo y al mismo tiempo ese todo nos define en medida de ausencias, ante la mirada del otro que nos complementa y nos marca los límites entre lo que somos, creemos y queremos ser. Es únicamente dentro de la intervención del otro en nosotros, que podemos salir de la burbuja que supone el mundo propio para la inmersión en el mundo real. Es expandir el horizonte, más que romperlo.
Es también, increíble y deliciosa la cantidad de erotismo que contiene, cuando Robinson deja de una manera básicamente espectral, estas condiciones morales que damos por sentado que son humanas. Además de lo que supone el inicio del despojo de una identidad, y asumirse como una manifestación viva, en una extensión del lugar que habita. Es también la más extensa manifestación del alter ego, cuando al final, nuestro subconsciente está aflorando y tomando posesión de nuestro cuerpo.
Refleja también cómo es que nos prehendemos con uñas y dientes a lo que creemos humano, confrontando que es en realidad, sumamente superficial. Es entonces cuando en conexión con un otro, un distinto nos ayuda a romper esa idea, y la catástrofe se vuelve la mejor aliada.Donde el órden no natural, pero sí imputado, obligado, nos revela que la jerarquía es en realidad, arbitraria, y que la mirada hacia el otro es en realidad el descubrimiento constante de un algo que pasa desapercibido, por intentar limitar, contar y descubrir el tiempo.Entonces cuando dejamos las mediciones (que creemos necesarias) de lado, cuando comenzamos a formar parte de un algo que es en escencia eterno, cuando podemos detenernos a mirar al otro, como ese ser mágico y claro que no presume ser (porque solo es y ya).Cuando las pequeñas muertes se hacen presentes en la mutación del individuo, dando paso a un descubrimiento intrapersonal que no puede ser revelado, pero sí vivido.
Creo también, revela la confrontación de un ser contra sí mismo y sus grandes etapas, que hay que revivir antesde morir definitivamente.

Donde Viernes, es la manifestación de Venus.Y Jueves, el domingo de los niños.