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miércoles, 16 de diciembre de 2015

Sofía de los Presagios

Gioconda Belli.

Regularmente cuando compro libros, compro más de uno en un mismo día. Hace mucho, cuando aún trabajaba en Polanco, y me encontré aquella librería maravillosa llena de muchísimos libros, compré a Sofía de los Presagios. Y debo admitir que fue una conjunción de factores que me orillaron a llevarlo a casa.

Lo primero fue que estaba camino a ver a una persona especial; pero salí antes del trabajo y se me atravesó una librería. Entonces comenzó a llover mientras yo estaba revisando los estantes. Así que me propuse a buscar libros por su diseño visual y recordé que me prometí leer más literatura latinoamericana. Así, de la nada apareció Gioconda Belli con Sofía en mis manos. Y pues me lo llevé.

Es la historia de una chica que se llama Sofía. Hija de un gitano y y una mujer que no lo era; y ellos viven dentro de un campamento de feria con la comunidad gitana paseando por el mundo. En uno de tantos pueblos, los padres de Sofía se pelean y su madre escapa: el padre la deja marchar pensando que es un berrinche. Sofía sale detrás de su madre, con pocos años de edad y de pronto se ve perdida entre un tumulto de gente: desde los gitanos, extranjeros y los habitantes del pueblo.  La madre de Sofía nunca vuelve, y se queda pensando que la niña se quedó con el padre. El padre de Sofía se marcha del pueblo con su campamento, pensando que la madre se quedó con Sofía. Y Sofía se pierde, sabiendo que ha quedado sola y sin un plan, siendo demasiado pequeña para sobrevivir. 
Entonces la discriminan, por ser una hija de gitanos olvidada en la nada. En ese momento alguien comienza a cuidar a Sofía. Dos personas, una de las mujeres más sinceras y fieles del pueblo y curiosamente: el hombre más rico del pueblo.
Hacen de Sofía de una mujer de bien...

Hasta que se ríe, y su sangre gitana comienza a brotar cuando se da permiso de reírse, carcajearse...


Es un libro que para mi hace preguntas maravillosas como lo que estás arrastrando, las conductas aprendidas, qué implica ser una persona indomable. Adoro el manejo de latinismos que tiene la autora, se siente casi como una platica donde te convertes en el cómplice de Sofía. Además también Sofía me encanta, es divina. Y aunque sola intenta domarse, su sangre siempre la llama a sus raíces. Siempre. Me pareció un libro tan increíble y tan entrañable. Entendí muchas cosas:

-Los eventosque definen nuestra vida tienden a comenzar en estados críticos de situaciones que nunca esperamos. Que no preveemos. Y nos dejan decidir quién somos, y si queremos renuniciar a ello, para dar paso a la persona que seremos
Estoy sumamente sorprendida de la cantidad de cosas que pueden hacer cambiar a una persona, pero aún más, de todas aquellas raíces que siempre te hacen recordar quién eres, aunque creas no saberlo. Me encanta Sofía, porque no solo es gitana y es guerrera, sino también es dueña de sí misma. Es la clase de mujer que me gustaría ser. Pero también me esusta mucho las cosas y determinaciones que tiene.
-Nunca había expermientado tanta angustia como hoy, mi garganta se cerró, me temblaron las piernas, perdí hasta el último ápide de esperanza y el corazón lo sentía en las sienes. Dios, Sofía, mi pequeña Flavia, me quitaste toda razón para ir a dormir. Me regalaste el impulso más fuerte en el corazón. Un motivo más para creer en la magia. Y sobre todo, la historia termina de una forma... Que es imposible querer parar.


Ojalá te animes a leer a Sofía de los Presagios.

martes, 8 de diciembre de 2015

Popol Vuh

Cuando comencé a vivir con mi papá, me di cuenta de la reducida cantidad de libros que tenía en su estantería; y todos ellos tenía que ver con algún sentido de la religión. No con alguna en especial, sino, con todas de alguna forma: cartas espirituales, lo que hoy sería considerado una biblia en otras culturas, etc.

Entre todo eso, me acordé que en la preparatoria me habían dejado leer éste libro, aunque no recuerdo bien si en clase de literatura, historia o filosofía. O si en las tres. El punto es que tampoco lo leí. Entonces cuando encontré que mi papá había comprado el libro para mi, pero jamás me lo dio, decidí leerlo.

Todo eso fue porque me prometí leer todos mis libros antes de poder comprar más (cosa que no he cumplido porque no está en mi naturaleza parar de comprar libros).

Entonces: este libro es lo que yo consideraría una biblia prehispánica; con la libertad literaria de ser un híbrido entre un poema y una prosa, con historias tan maravillosas, mágicas y entretenidas, que me dieron ganas de investigarla cada día más; tenerlo tan presente como parte de lo que soy y me rodea, fue como un contacto directo con la emoción de sabernos un poquito dioses, y un poquito mortales.

Me encanta porque es parte de la ideología mágica y espiritual que hemos dejado un poco de lado, olvidada por la premura que representa vivir en una sociedad tan líquida e inmediata.

En este libro se ven muchas historias de la creación no solo del mundo y de los humanos, sino de la humanidad, en el sentido más estricto de la palabra. Es casi imposible describir las sensaciones que va provocando descubrir esos paisajes; lugares tan increíbles, las razones, relaciones y cambios dentro de éste universo, antes de que cualquiera de nosotros lo recordemos.

Algo que sí me causó conflictos: la poca familiaridad con el idioma de los nombres propios; eran demasiados y tuve que tomar nota para poder seguir las historias; buscar un árbol genealógico y sobre todo: encerrarme en mi cuarto a leerlo en plena tranquilidad y con toda mi atención.

Sin embargo, estoy casi segura; lo disfrutarás muchísimo. Te llevará de la mano a lugares insospechados, a vivir situaciones maravillosas e increíbles.

Un abrazo prehispánico.
Makenai.