Escritor, investigador, promotor de cultura.
Hace mucho tiempo, por razones que está de más explicar, viví en una casa distinta a la que casi toda mi vida había ocupado. En esta nueva casa encontré éste libro, que además de pequeño era muy muy viejo y algo peculiar. Cuando lo vi pensé primero que trataba sobre un ensayo muy corto relativo a la educación en México en los 60. Lo postpuse porque sinceramente en ese momento de mi vida hablar de educación no me quitaba el sueño. De hecho entre eso y que realmente conozco y reconozco como agradables a muy pocos escritores mexicanos anteriores a la generación del crack, entendí que debía darle una oportunidad. Al final no perdía nada.
¿O sí?
Entonces, comencemos: La historia va de un chico que se va enfrentando a la secundaria, a la corrupción y la obligación de cambiar su manera de pensar y ser "para encajar" para "no causar problemas" en medio de una sociedad que está acostumbrada a que lo correcto es hacerlo mal. Terminé enojada cuando pasé la última página: Aunque por momentos me pareció un libro bastante moralista, también entendí el contexto y lo que intentaba comunicar. Por momentos ví a uno de mis mejores maestros reflejado en el maestro de español. Me enojó, me deprimió y me hizo pensar en las miles de cosas que están mal en nuestra educación, desde casa. En estos ideales que nos vamos forjando relativo al entorno que vivimos, de la manera en que se trata a las personas que intentan hacer un cambio, y simultáneamente esto solo me invita a desear con más vehemencia ser maestra, cambiar las ideas que tenemos insertadas como en automático por nuestras circunstancias.
Es verdad, una persona se forja a través de más personas; somos una mezcla de todos que lucha por encontrar un lugar.
La verdadera cuestión es el cómo elegimos a dónde elegir.
Me queda un sabor de boca un tanto extraño, como cuando al quitarte la venda de los ojos, te amarras el cabello.
¿Lo recomiendo?}
Aún no lo decido. No sé si me gustaría que alguien más viera lo mal que estamos, pero me encantaría también que todos lo supieran. Creo que lo que en realidad me da miedo es que lo noten y tengamos preferencia por hacer... nada.
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